En Reino Unido,
la cámara de los Lores ha mostrado un informe sobre las «implicaciones
económicas, éticas y sociales de los avances en la inteligencia artificial». En
este informe, se propone un «código de IA» nacional e internacional basado en
cinco principios para asegurar que el país se convierta en «un líder mundial»
en la aplicación de la industria del aprendizaje automático.
- La inteligencia artificial debe desarrollarse para el bien común y el beneficio de la humanidad.
- La inteligencia artificial debería operar según los principios de inteligibilidad y equidad.
- La inteligencia artificial no se debe utilizar para disminuir los derechos de los datos o la privacidad de las personas, las familias o las comunidades.
- Todos los ciudadanos deberían tener el derecho de ser educados para permitirles evolucionar mental, emocional y económicamente junto con la inteligencia artificial.
- El poder autónomo para herir, destruir o engañar a los seres humanos nunca debe ser conferido a la inteligencia artificial.
Kriti
Sharma, vicepresidente de AI de la firma británica Sage, argumenta:
“Implementar
un código de ética universal para IA es una muy buena idea y es algo que hemos
implementado de forma independiente en Sage para educar a nuestra gente y
proteger a nuestros clientes. Este paso será fundamental para garantizar que
estamos construyendo IA segura y ética, pero debemos pensar cuidadosamente
sobre su aplicación práctica y la división de responsabilidades entre las
empresas y el gobierno, específicamente al considerar su aplicación a sectores
específicos de la industria y garantizar la aceptación y adopción rápida de la
comunidad empresarial.”
Esta
preocupación que muestra Reino Unido no es novedosa, y es que por ejemplo la
carta abierta a las Naciones Unidas firmada por Elon Musk y otros líderes, en
agosto de 2017, ya mostraba la reticencia de utilizar la inteligencia
artificial en armamento, argumentando que la falta de control sobre ellas
podría desencadenar consecuencias nefastas para la sociedad. Según Musk:
"La
inteligencia artificial es el raro caso en el que creo que necesitamos ser
proactivos en la regulación en lugar de reactivo. Porque creo que, para cuando
hayamos reaccionado a la regulación de la IA, será demasiado tarde. La IA es un
riesgo fundamental para la existencia de la civilización humana".
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